El rigatoni al horno es uno de esos platos que siempre encanta, ya sea para una cena familiar o una reunión grande. Esta receta contundente y fácil de preparar es básica en muchos hogares, y con buena razón. Es un plato muy adaptable que se puede modificar según distintos gustos y preferencias alimenticias, haciéndolo popular tanto para niños como adultos.
Lo atractivo del rigatoni al horno está en su sencillez y los sabores intensos que ofrece. La mezcla de pasta rigatoni tierna, una salsa de carne sabrosa y una capa generosa de queso derretido es una combinación ganadora que satisface hasta los apetitos más grandes. Además, es perfecto para alimentar a grupos numerosos, ya que se puede ajustar fácilmente según tus necesidades.
Si te gustan los platos de pasta, sabes lo variados y deliciosos que pueden ser. Desde pasta con gambas al estilo cajún hasta tortellini al horno, hay opciones para cada ocasión. Sin embargo, el rigatoni al horno destaca por su facilidad de preparación y la sensación hogareña y reconfortante que trae a la mesa.
Para la Salsa
- 2 cucharaditas de aceite de oliva
- 500 gramos de carne picada (10% de grasa)
- 500 gramos de chorizo fresco (sin tripa)
- 1/2 taza de cebolla (picada finamente)
- 2 cucharaditas de ajo (picado)
- Bote de 700 ml de salsa de tomate
- Lata de 230 gramos de tomate triturado
- Sal y pimienta al gusto
Para el Montaje
- 450 gramos de pasta rigatoni (cocida según las instrucciones del paquete)
- 2 tazas de queso mozzarella (rallado)
- 2 cucharadas de perejil picado
- Aceite en spray
Paso 1: Cocina la Carne y la Cebolla
Para empezar, necesitarás dorar la carne picada y el chorizo en una sartén grande a fuego medio. Desmenuza la carne mientras se cocina para que se dore de manera uniforme. Cuando la carne esté dorada, añade la cebolla finamente picada a la sartén y cocina hasta que se ablande. Este proceso tarda unos 10 minutos, y es importante remover de vez en cuando para evitar que se queme.
Paso 2: Agrega Ajo y Salsas
Después de ablandar la cebolla, pon el ajo picado en la sartén y sofríelo durante un minuto hasta que suelte su aroma. Ten cuidado de no quemar el ajo, ya que puede volverse amargo rápidamente. Luego, vierte la salsa de tomate y el tomate triturado en la sartén. Mezcla bien y deja que la salsa hierva a fuego lento unos 5 minutos para que espese. Este paso es crucial para desarrollar el sabor intenso de la salsa.
Paso 3: Mezcla Pasta y Salsa
Mientras la salsa está a fuego lento, cuece la pasta rigatoni según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente. La pasta al dente mantiene un poco de mordida, lo que es ideal para el rigatoni al horno ya que seguirá cocinándose ligeramente en el horno. Cuando la pasta esté lista, escúrrela y guarda media taza del agua de cocción. Esta agua puede añadirse a la salsa si queda muy espesa. Mezcla el rigatoni cocido con la salsa de carne, asegurándote que cada trozo de pasta quede bien cubierto. Si la salsa parece muy espesa, puedes añadir un poco del agua reservada para lograr la consistencia adecuada.
Paso 4: Monta el Plato
Precalienta el horno a 180°C y rocía una fuente para horno de 23x33 cm con aceite en spray. Vierte la mezcla de pasta y salsa en la fuente preparada. Cubre la pasta con queso mozzarella rallado, asegurándote de cubrir toda la superficie de manera uniforme.
Paso 5: Hornea
Tapa la fuente con papel aluminio ligeramente engrasado y hornea durante 20 minutos. Este paso ayuda a que la pasta se caliente por dentro y el queso comience a derretirse. Después de 20 minutos, quita el papel aluminio y sigue horneando otros 15-20 minutos, o hasta que la pasta esté burbujeante y el queso se haya derretido y dorado.
Paso 6: Sirve
Saca el rigatoni del horno y déjalo reposar 5 minutos antes de servir. Espolvorea perejil picado por encima para darle un toque fresco y colorido. Este tiempo de reposo permite que el queso se asiente un poco, facilitando servir porciones sin que se desmoronen.
Consejos para un Rigatoni Perfecto
Uno de los consejos más importantes para lograr el rigatoni al horno perfecto es rallar tu propio queso mozzarella. El queso ya rallado suele contener agentes antiaglomerantes que pueden impedir que se derrita tan suavemente. Rallar tu propio queso garantiza conseguir esa cobertura cremosa y dorada que a todos les encanta.
Otro consejo es usar salsa de tomate de buena calidad. Aunque las salsas de bote son prácticas, hacer tu propia salsa casera puede elevar mucho el sabor de tu plato. Sin embargo, si no tienes tiempo, una salsa de bote de buena calidad también dará resultados deliciosos.