01 -
En un bol, mezcla la harina con la sal y la levadura química. Guarda esta mezcla para más tarde.
02 -
En otro bol más grande, bate la mantequilla y el azúcar hasta que quede cremoso. Agrega los huevos junto con la vainilla y mézclalos bien.
03 -
Incorpora la mezcla seca poco a poco a la mezcla de mantequilla, bate hasta que todo quede homogéneo.
04 -
Separa la masa en dos partes iguales. Colorea una porción con naranja y la otra con negro, mezclando bien hasta lograr el color deseado. Lava el bol y los utensilios entre colores para que no se mezclen.
05 -
Extiende cada masa en rectángulos planos, envuélvelos en plástico y guárdalos en la nevera entre 1 y 2 horas.
06 -
Con ayuda de un rodillo, extiende cada masa hasta unos 3-6 mm de grosor. Coloca el rectángulo negro encima del naranja. Corta los bordes si es necesario para emparejar.
07 -
Da un toque único presionando chispas de colores en los lados de la masa, si te apetece. Usa un poco de agua para que se peguen mejor.
08 -
Enrolla la masa hasta formar un cilindro, envuélvelo en papel plástico y ponlo en la nevera durante al menos una hora.
09 -
Calienta el horno a 175°C. Corta el cilindro en discos de unos 6-12 mm y colócalos en una bandeja forrada con papel de horno. Déjalos separados unos 5 cm.
10 -
Hornea durante 10-12 minutos o hasta que ya no se vean brillantes por arriba.