01 -
Corta la cebolla por la mitad y luego en rebanadas finas. Divide la col en trozos gruesos y corta en tiras de aproximadamente 1 cm. Lamina los dientes de ajo en rodajas finas.
02 -
Coloca las 2 cucharadas de mantequilla en un pequeño recipiente y deja que se ablanden a temperatura ambiente.
03 -
Configura el horno a 190°C y coloca la rejilla en el centro.
04 -
Mezcla la pasta de miso, miel, la sal y la pimienta con la mantequilla ablandada en un bol pequeño hasta que la mezcla quede uniforme.
05 -
Usando papel de cocina, seca bien el pollo. Unta los muslos por completo con 1/4 de taza de la mezcla de mantequilla de miso.
06 -
Calienta el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio. Cocina el pollo con la piel hacia abajo hasta que se vea dorado y crujiente (unos 4 minutos). Dale vuelta y dóralo por 2 minutos más antes de retirarlo a un plato.
07 -
Pon la cebolla en la olla y cocina hasta que empiece a caramelizarse, un minuto más o menos. Añade la col y saltea, moviendo frecuentemente, hasta que se dore y reduzca a la mitad (aproximadamente 7 minutos). Introduce el ajo y lo que reste de la mezcla de mantequilla, dejando que su fragancia salga mientras ésta se derrite.
08 -
Vierte el vino blanco y la salsa de soya, raspando con cuidado el fondo de la olla para remover cualquier trozo dorado. Cocina durante 2 minutos hasta que se evapore el olor a alcohol. Apaga el fuego.
09 -
Coloca el pollo de vuelta en la olla, con la piel hacia arriba sobre la capa de col. Lleva la olla al horno y cocina por 30 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido y la col esté suave.
10 -
Espolvorea con cilantro o cebollín fresco picado justo antes de servir.