01 -
En una sartén mediana, cocina la chistorra a fuego medio, desmenuzándola en trocitos mientras se cocina. Retírala y deja que se enfríe completamente.
02 -
Calienta el horno a 220°C. Coloca papel para hornear sobre una bandeja grande.
03 -
En un recipiente grande, mezcla la harina, el azúcar mascabado, el polvo para hornear, la sal, el ajo en polvo, la pimienta negra y las hojuelas de chile rojo hasta que todo esté bien integrado.
04 -
Con un cortador de masa, mezcla los cubos de mantequilla con los ingredientes secos hasta que obtengas una textura parecida a migajas gruesas. Añade el queso rallado y la chistorra enfriada.
05 -
Vierte el suero de leche frío y el cebollín picado. Revuelve justo hasta obtener una masa firme, sin partes secas. ¡No mezcles demasiado!
06 -
Con una taza de 1/3 de capacidad untada en aceite, coloca porciones de masa sobre tu bandeja preparada, dejando al menos 5 cm entre cada una. Saldrán aproximadamente 10 galletas grandes. Hornea de 14 a 16 minutos hasta que queden doraditas.
07 -
Mientras están calientes, barniza las galletas con la mantequilla derretida y decora con cebollín extra si te gusta. ¡Sírvelas calientitas y esponjosas!