01 -
Tritura bien las galletas tipo María y combínalas en un bol con la mantequilla derretida, el azúcar moreno y la esencia de vainilla. Mezcla hasta que todo esté compacto. Presiona la mezcla en el molde de forma pareja por el fondo y un poco hacia los lados.
02 -
Coloca los arándanos, el azúcar y el extracto de vainilla en una olla. Cocina removiendo hasta que los arándanos estallen y la mezcla espese.
03 -
Extiende una parte de la mermelada sobre la base preparada.
04 -
Bate el queso crema con el azúcar hasta que todo esté cremoso. Añade la crema para batir, crema agria, huevos, fécula de maíz y extracto de vainilla. Raspa las semillas de la vaina de vainilla e intégralas en la mezcla.
05 -
Vierte el relleno sobre la base y la capa de mermelada. Hornea en un horno precalentado a 160°C durante unos 50-60 minutos o hasta que los bordes se vean firmes pero el centro siga algo tembloroso.
06 -
Deja que el pastel se enfríe completamente. Luego, esparce el resto de la mermelada sobre la superficie. Cubre con papel plástico y refrigera al menos 4 horas.
07 -
Trocea el chocolate blanco y derrítelo según las instrucciones del paquete. Bate el queso crema algunos minutos y añade el chocolate derretido lentamente mientras sigues batiendo. Finalmente, incorpora la crema batida de manera delicada.
08 -
Extiende la mousse de chocolate blanco sobre el pastel frío. Si lo prefieres, reserva una parte de la mousse para decorar usando una manga pastelera.
09 -
Si quieres, coloca arándanos confitados sobre la mousse de chocolate blanco.
10 -
Para hacer arándanos confitados, sigue este proceso. Lleva algo de tiempo, pero si te gustan vale la pena prepararlos. ¡Haz extra para decorar y comer!