01 -
Mezcla el agua con el azúcar en una cacerola pequeña y ponla a calentar a fuego medio. Remueve de vez en cuando hasta que el azúcar se disuelva. Echa la ralladura de lima justo después y retira del fuego.
02 -
Deja tapada la mezcla durante 1 hora para que repose. Después, cuélala usando un colador fino y tira la ralladura. Puedes guardar el almíbar sobrante en el refrigerador hasta por una semana.
03 -
En la licuadora, pon ½ taza del almíbar preparado, el jugo de lima, el jugo de cereza, la nata líquida (si decides usarla) y el hielo.
04 -
Licúa todo hasta que el hielo quede triturado y logres una textura tipo granizada.
05 -
Reparte la limonada congelada en cuatro vasos de 240 ml y sírvela enseguida.