01 -
Bate juntos el azúcar y la mantequilla en velocidad alta hasta que quede suave y cremoso, unos 3 minutos. Agrega el huevo, el extracto de vainilla y el de almendra opcional, y mezcla durante otro minuto.
02 -
Incorpora los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y bate a baja velocidad. Si la masa está demasiado pegajosa, añade una cucharada extra de harina.
03 -
Divide la masa en dos, estira cada mitad hasta un grosor de medio centímetro entre papeles de horno, apila y refrigera de 1 a 2 horas.
04 -
Usa cortadores de galletas para hacer formas de la masa fría. Hornea a 175°C durante 11-12 minutos, hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
05 -
Deja enfriar las galletas 5 minutos en la bandeja, luego pásalas a una rejilla hasta que estén completamente frías y decora con glaseado y confites.
06 -
En un tazón mediano, mezcla la harina, el polvo para hornear y la sal usando un batidor de mano.