01 -
En un tazón grande mezcla la harina, la sal y la levadura. Agrega el agua templada y el aceite de oliva, y mézclalo todo hasta que quede algo desordenado. Amasa por unos 10 minutos hasta que quede suave y elástico.
02 -
Coloca la masa en un tazón engranado con aceite y cúbrelo con plástico autoadherente. Déjalo crecer en un lugar cálido entre 1 y 2 horas, hasta que duplique su tamaño.
03 -
Engrasa una charola para hornear y estira la masa para que se ajuste al tamaño. Usa tus dedos para hacer los huecos característicos en toda la superficie.
04 -
Cubre la masa ya formada y déjala reposar otros 30 minutos.
05 -
Precalienta el horno a 220°C (425°F). Rocia la masa con aceite de oliva y espolvoréala con romero y sal de mar. Hornea entre 20 y 25 minutos hasta que esté doradita.