01 -
Usando la técnica Kannon biraki, haz un corte en la parte central de la pechuga para que quede a la mitad, y luego corta hacia los lados desde el centro para crear filetes delgados y parejos. Finalmente, separa en dos piezas cortándola por la mitad.
02 -
Golpea los pedazos de pollo con un mazo para carne o el reverso de un cuchillo hasta obtener un grosor uniforme de entre ¼ a ½ pulgada. Asegúrate de sazonar ambos lados con sal kosher y pimienta negra.
03 -
Vierte aceite neutro en una cacerola mediana y profunda, asegurando 1½ pulgadas de profundidad. Ponlo a calentar a fuego medio-bajo hasta alcanzar 170ºC (340ºF).
04 -
Prepara tres recipientes separados: uno con harina, otro con huevo batido mezclado con ½ cucharada de aceite, y el último con migas de pan panko.
05 -
Pasa cada pedazo de pollo primero por harina, después por la mezcla de huevo y finalmente cúbrelo con panko, presionando ligeramente para que se adhiera bien.
06 -
Fríe un pedazo a la vez durante 3 minutos, dándole la vuelta a la mitad del tiempo, hasta que quede dorado y crujiente. Escurre el exceso de aceite manteniéndolo verticalmente sobre la olla antes de colocarlo en una rejilla.
07 -
Corta el katsu en tiras de 1 pulgada y acompáñalo con salsa tonkatsu, col rallada y, si prefieres, también rodajas de tomate.