01 -
Primero, pasa por un colador juntos la harina de repostería, la harina de fuerza, el bicarbonato, la levadura, y la sal en un bol. Esto ayuda a mezclar todo y eliminar grumos. Deja esta mezcla lista por un lado.
02 -
Usa tu batidora con el accesorio de pala, y bate la mantequilla a temperatura ambiente con ambos azúcares. Sigue batiendo hasta que la mezcla esté suave, esponjosa y ligera como una nube, algo que debería tomar de 3 a 5 minutos. No te apresures en este paso.
03 -
Baja la velocidad de la batidora y añade los huevos uno por uno. Asegúrate de que cada uno se mezcle por completo antes de echar el siguiente. Finalmente, añade la vainilla y mezcla justo hasta que todo esté combinado.
04 -
Poco a poco añade los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, batiendo solamente hasta que todo esté combinado. Con una espátula, incorpora las chispas de chocolate suavemente a mano. Mete la masa en el refrigerador por 4 horas, o en el congelador por 1 hora si tienes prisa.
05 -
Mientras la masa se enfría, bate el queso crema ya suave hasta que esté perfectamente liso. Añade el azúcar glass y mezcla hasta obtener un relleno muy cremoso y homogéneo.
06 -
Precalienta tu horno a 175°C. Para cada galleta, toma alrededor de ¼ de taza de masa y divídela en dos partes. Forma un hueco en una de las mitades, coloca una cucharadita generosa de relleno de queso crema, y luego cúbrela con la otra mitad de masa. Sella los bordes con cuidado, dándoles forma de disco grueso, como un pequeño disco de hockey.
07 -
Pon tus galletas en el horno durante 15-17 minutos. Estarán listas cuando la parte de arriba deje de ser brillante y tengan un color dorado. Déjalas enfriar en una rejilla antes de disfrutarlas.