01 -
Divide el queso en cuadritos pequeños, de aproximadamente 2.5 cm.
02 -
Pon la harina con sal y pimienta en un bol. En otro bol bate los huevos. Mezcla el pan rallado con el pimentón, ajo, y orégano en otro recipiente.
03 -
Reboza cada cubo de queso en harina, eliminando el exceso.
04 -
Sumerge los cubos en el huevo batido, asegurándote de que queden bien cubiertos.
05 -
Cubre cada cubo con el pan rallado sazonado, presionando ligeramente para que se pegue.
06 -
Lleva los cubos ya preparados al refrigerador por unos 30 minutos.
07 -
Vierte suficiente aceite en una sartén profunda y caliéntalo a 175°C.
08 -
Fríe los trocitos de queso en el aceite caliente por 1 o 2 minutos hasta que estén dorados.
09 -
Retira los bocadillos con una espumadera, colócalos sobre papel absorbente y sirve caliente con tu salsa preferida.