01 -
Pon una taza de agua a calentar y derrite el piloncillo a fuego medio-alto hasta que se convierta en un caramelo líquido.
02 -
Añade el resto del agua, las guayabas, la cáscara de naranja, la canela, y el anís. Hierve todo unos 6 minutos, remueve bien y deja que hierva lentamente otros 4 minutos. Ponlo aparte.
03 -
Combina la harina, el azúcar, el polvo para hornear y la sal en un recipiente grande. Forma un hueco en el centro.
04 -
En el hueco, agrega el huevo, la mantequilla derretida enfriada y el extracto de vainilla. Mezcla mientras añades poco a poco el agua tibia hasta tener una masa suave y manejable. Déjala reposar por media hora.
05 -
Divide la masa en 12 bolitas. Extiende cada una bien delgada, casi transparente. Para hacerlo aún más fino, estíralo sobre un tazón invertido cubierto con un pañito.
06 -
Calienta aceite a 175°C. Fríe cada buñuelo hasta que estén dorados y crujientes. Voltea una vez y escurre sobre papel absorbente.
07 -
Espolvorea con azúcar al gusto y sírvelos tibios o a temperatura ambiente acompañados con la miel de piloncillo. ¡Van perfecto con un chocolate caliente!